lunes, 13 de noviembre de 2017

EL MANUAL DE LAS BRUJAS

MALLEUS MALEFICARUM :El manual maldito de la Inquisición que calcinó vivas a 60.000 mujeres.


"Malleus Maleficaron", un libro que fue denominado el "Manual del Inquisidor" y recopilaba todo el conocimiento existente sobre las hechiceras hasta el momento.


"En nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Sepan todos los hombres por las presentes que en el año de nuestro señor 1487 el supremo Pontífice que ahora reina, ordenó y otorgó a los Inquisidores el poder de investigar e inquirir en la herejía de las brujas y les concede toda la facultad de juzgar y proceder contra tales" Con estas palabras se hizo oficial, el 19 de Mayo, la aprobación del "MALLEUS MALEFICARUM" o "Martillos de las brujas".
Un manual creado por dos inquisidores para, entre otras cosas, detectar, capturar, juzgar y aniquilar a todas aquellas mujeres que, mediante la hechicería, cometieran atrocidades como embrujar a un hombre para que perdiera su miembro viril o mantener relaciones sexuales con demonios para engendrar criaturas infernales. Un libro maldito que provocó la muerte de hasta 60.000 mujeres inocentes.

La Edad de Oro de la brujería se vivió en Europa alrededor de los siglo XV y XVI. En esa fecha el papa Inocencio VIII publicó una bula en la que corroboraba la existencia de brujas y hechiceros y permitió la elaboración de un tratado esotérico que aglutinara todos los conocimientos existentes sobre este tema con el objetivo de acabar con dichos demonios.
Bajo el auspicio del Papa, que permitió juzgar los delitos de brujería como crímenes de herejía, se entregó la responsabilidad de crear este manual a los frailes dominicos ( e inquisidores). El resultado fue una curiosa " enciclopedia de las brujas"que puso sobre el papel el conocimiento existente sobre estos supuestos seres y dio "credibilidad y autoridad" a su existencia.
El "Malleus" plasmaba en detalle  las creencias y las prácticas de las brujas y los modos idóneos de reconocerlas, apresarlas, condenarlas y quemarlas en la hoguera. Fue reeditado 14 veces hasta el año 1520 convirtiéndose, sin duda, en la obra más vendida de su tiempo. Un auténtico best seller de la época.
Su estructura se divide en tres partes. En la primera, se da por sentado que las hechiceras existen y se señalan los males que realizan. En la segunda, se describen las formas de brujería y como se pueden evitar sus acciones. La tercera parte es la dedicada a los cazadores de estos seres en donde se hace una relación de la forma de encontrar y destruir a estos seres diabólicos.
Todo esto hizo que fuera considerado el manual básico de todo inquisidor. En él lo que se planteó por vez primera es que la brujería era un problema colectivo y generó la necesidad de luchar contra lo que según se creía "era un mal público" lanzando el dedo acusador sobre el peligro que le suponía a Europa el fenómeno colectivo de las brujas.
La caza de brujas alcanzó unos niveles tremendos en Europa. El 80% eran mujeres ya que se empezó a temer por el incipiente feminismo que estaba avanzando en la sociedad de entonces.
Fue uno de los libros más oscuros y nocivos en la Historia de la Humanidad. 
La revolución de la imprenta del siglo XV permitió que el libro por dos siglos fuera el segundo texto más vendido, después de la Biblia.
Dejó como testimonio el alcance,  la crueldad y estupidez de la raza humana que la Historia nunca olvidará.
Gracias a esta oscura obra se condenó a medio millón de" brujas" entre los siglos XVI y XVIII. Por él, en apenas tres meses, cinco mil mujeres fueron juzgadas en Génova, siete mil en Trier y, en los famosos Juicios de Salem llevados a cabo en Estados Unidos a fianles del siglo XVII, cuatrocientas sintieron el peso del martillo inquisitorial: 230 fueron quemadas en público frente a las masas histéricas y fanáticas, veinte fueron atrozmente degolladas y, con algo de suerte y "misericordia" de los jueces, 150 fueron a parar a prisión.

martes, 7 de noviembre de 2017

UN RITO FUNERARIO: DANZA DO ABELLÓN

Con el nombre de la danza del abejorro se denomina un antiguo rito funerario en el que todos los familiares y asistentes al velatorio de un cadáver, formando rueda y cogidos de la mano imitaban el zumbido de una abeja. Este ritual fue recogido por Alfredo Brañas - escritor y jurista español- a raíz de un velatorio en el que el mismo asistió en Vilanova de Arousa ( Pontevedra) y constituye uno de los casos más particulares de las prácticas tradicionales gallegas relacionadas con la muerte. Se creía que si alguno de los participantes hablaba o interrumpía el baile por cualquier causa, sería el primero de los presentes en morir.
Brañas describió la danza do abellón en un largo poema titulado "O Avellón "

Collidos pola man os concurrentes
e fungando baixiño e entre os dentes
foron da morta á triste habitación
e voltando ó redor da defuntiña
o vello, a vella, o mozo e a mociña
fungaban como funga un abellón.
¡Probe daquel que dese algunha fala
Ou de bulir deisaxe pola fala!
¡ Siñal era de morte non fungar
As honras do "abellón" son tan precisas
Como son para os cregos moitas misas
E o gando e o ligon para labrar.


La danza del abejorro es un ritual de purificación de los muertos para que puedan viajar al más allá sin perderse por el camino.
Los antiguos gallegos creían que el alma de una persona  para llegar al cielo no sólo era suficiente con que fuese un buen católico, había también que proteger el alma contra peligros terrenales ( enterrar el cuerpo en campo sagrado) y ultra terrenales ( alumbrarle el camino hacia el más allá) para que no volviese al mundo de los vivos a molestarles.
El ritual, llamado "El abejorro" implicaba la reunión de toda la familia ( los de casa y los de fuera), vecinos y amigos en la casa del difunto por la noche; en la reunión todos se acercaban al difunto con el objeto de hacerle la rosca, no fuera que después se apareciera a algunos de los presentes . Tras unos cuantos rosarios se procedía a la celebración de un festín ritual y comunal, donde se comía sardinas saladas ( símbolo del más allá del mar) y se bebía aguardiente ( símbolo de las llamas del infierno que el muerto debía rechazar viendo el mal que les ocasionaba a los bebedores). Luego se procedía a una orgía ritual entre mozos y mozas.

Después de la orgía y una vez liberada la energía sexual de las masas, se cogían todos de las manos e iban a la habitación donde estaba el difunto. Comenzaban a danzar rodeando el féretro zumbando bajito como hacen los abejorros para que todos se concentren en la emanación de este mantra. Esta rueda constituye un círculo protector contra los malos espíritus que intentan agarrar el alma del difunto con el fin de arrastrarla a los infiernos. Así el alma del difunto puede salir del cuerpo y volver a la luna en forma de abeja y al escuchar al abejorro recupera la memoria de sus orígenes ( ya que las almas provienen de la luna)


Hay evidencias entre los gallegos de este ritual en el siglo VI a. de C. ( durante el imperio romano y se encuentra en las lápidas  galaico romanas de Vigo. Podía durar varios días si se realizaba a un cadáver procedente de una clase pudiente. Estaba dirigido por un druida en representación del dios Reve y del hijo primogénito del difunto.. AL mismo tiempo el rito estaba acompañado de ceremonias de purificación, quema de incienso, unción de ungüentos en la cara y diversas partes del cuerpo, sacrificios y otros actos que variaban en función de la parte del cuerpo que se iba a abrir para que saliera el alma y fuese por el buen camino.
No consta que nadie describiese  en ningun  otro punto de Galicia este rito, ni se conoce otra mención a esta fecha, ni cuando apareció ni cuando desapareció.
Parece probado, sin embargo, que ya desde los egipcios existe la creencia en una relación mitológica entre las abejas y el alma, y se conoce en otras culturas diferentes ritos funerarios en los que también intervienen las abejas. Desde Egipto se extendió a los cretenses,griegos, romanos, por toda el área mediterránea así como en las culturas centro europeas desde el Danubio al Cáucaso.
"Es evidente que el rito del abellón no nació en Vilanova de Arosa, ni en nigún otro lugar de las Rías Bajas, sino que llegó a Galicia con algun pueblo indoeuropeo"Alonso Romero




martes, 31 de octubre de 2017

Una tradición celta

Los castaños, árboles centenarios en Galicia, se han asociado siempre al ciclo vital.
Dice la tradición gallega que las castañas simbolizan el alma de los difuntos y que, con cada fruto ventilado en la fiesta del magosto, un alma se libraba del Purgatorio y se unía a la celebración. En su origen, el magosto consistía en reunir a las familias entorno al fuego para honrar las cosechas. Con el paso de los años, las costumbres han ido adaptándose a los nuevos tiempos pero el fuego siempre ha sido una constante con su componente purificador.
 Manuel Murguía, consideraba el magosto como un " banquete funerario" en el que la castaña al fuego simbolizaría la muerte y el vino, la nueva vida.

En Noviembre tiene lugar en Galicia, el magosto. Siempre se pudo celebrar en casa, al lado del fuego del hogar; en algún rincón del pueblo; pero su lugar originario es el monte donde el olor a castañas asadas inunda el aire y las brasas se convierten en un sonido de música.
Los celtas no tenían templos, celebraban sus fiestas y sus ceremonias rituales en un claro del bosque.

 El día 1 de Noviembre, los celtas, apaciguaban los poderes del otro mundo y propiciaban la abundancia de las cosechas con la celebración de la fiesta del samhain, la cual, era, para unos, el comienzo del invierno y, para otros, el final del verano; en todo caso era el principio de un período de intensa comunicación entre los habitantes de éste y del otro mundo. Se reunía una gran multitud porque era una fiesta obligatoria. Quien no asistía corría el peligro de perder la razón. La fiesta era para los celtas una concentración de lo sagrado en un tiempo y en un lugar determinado. Los mitos afirman que era el momento en el cual se habían producido grandes acontecimientos cósmicos, y cuando tenía lugar la muerte tanto ritual como simbólica del rey y su remplazamiento.
Por las mismas fechas, los romanos celebraban las "saturnales". El mundo de los espíritus se entreabría y salían personajes de pesadilla, las almas tenues, los cuerpos que habían sido enterrados y las sombras. Todos se nutrían de los platos  depositados sobre las tumbas.
El día del samhain, los celtas encendían el primer fuego, origen de todos los fuegos. Con él se encendían, a su vez, todos los fuegos de la isla.
Las castañas se asaban sobre una gran hoguera, por lo general, visible desde varios puntos de la parroquia, desempeñando la misma función que la hoguera de San Juan.
 En Galicia, el fuego permanente del hogar se encendía con un tizón traído de la hoguera de la Vigilia Pascual o del fuego encendido la noche de Navidad.
El magosto puede verse como una celebración en la que se exalta la castaña, pero la fiesta del magosto como tal exalta el respeto por el rural, el agradecimiento a la cosecha, el fuego,el vino, la amistad, la diversión y la tradición. En definitiva, el magosto celebra la vida después de que en Todos los Santos se honrase a la muerte.

Todos acuden a la poderosa y otoñal llamada de la castaña. Supongo que ahí reside su longevo encanto y ...su misterio







martes, 17 de octubre de 2017

Se quema Galicia














He salido a aspirar el aire de la noche después de un intenso día, y mucho peor noche de angustia porque, al fin, ha llovido y he buscado ese aroma que desprende la tierra cuando llueve después de un tiempo de sequía. Sin embargo, al abrir la puerta de casa un olor agrio, ácido y extraño a quemado me ha asaltado como si me hubieran dado una sonora bofetada .

Ya es de noche pingan gotas de lluvia de las hojas y ramas de los árboles cuyas sombras bajo los faroles de luz se asemejan a figuras fantasmagóricas extrañas, que se ven envueltas en una densa niebla. Parece que pudiéramos atraparla entre las manos como jirones de agua.

Pero antes, habían caído del cielo arrastradas por el aire las pavesas; se ven planear antes de depositarse en el suelo; en su interior traen fuego acompañado de muerte. El aire es irrespirable.
Todo ha enmudecido, los perros aúllan, olfatean el aire percibiendo el peligro.
Escudriño la oscuridad de la noche, necesito saber de donde viene el viento. Todos los sentidos se agudizan, el peligro acecha y una sensación angustiosa de vértigo, que marea, aparece.
Estamos rodeados de árboles y lo peor de todo de maleza, mucha maleza muy seca, demasiado seca pues no llueve desde hace bastante tiempo. El fuego se acerca , se extiende cada hora que pasa.
Hace algunos años, las campanas de la iglesia comenzaban a tocar con desesperación llamando a los vecinos para que acudieran a sofocar las llamas que corrían lamiendo laderas de montañas, fincas y casas que encontraban a su paso.
El pueblo gallego es solidario, lo ha demostrado en muchas ocasiones y también en esta que estamos viviendo ahora mismo. Si antes arrancó con sus manos el petroleo de las rocas y de las arenas de las playas, hoy lo hace de nuevo haciendo cadenas humanas con calderos de agua. Dos personas han perdido la vida, al buscar una salida y desorientadas se han metido de lleno en el bosque incendiado y otras dos, la han perdido tratando de salvar sus animales de este horror. 


Todo esto se ha convertido en una funesta tradición que nos amarga con frecuencia en verano: los incendios trazan un paisaje de ceniza, desolación y muerte que destrozan nuestra tierra, nuestra riqueza natural.
La pregunta aparece siempre:¿Qué puede impulsar a un ser humano a actuar de esta manera? 


Esta tierra ha perdido su verdor, ese que forma parte de su belleza pero jamás, jamás perderá su esperanza.







viernes, 13 de octubre de 2017

SI CHOVE QUE CHOVA

                                                                                                                                                                             La música de la lluvia no necesita interpretación solo hay que sentirla.                                                                                                                                                                                                                                         .                                                                                                                                                                                                                   
                                                                                          La lluvia,  tiene mucho que ver con los sentidos ;despierta en muchos de nosotros una serie de emociones que se relacionan con el mundo íntimo de cada cual.
     La lluvia tiene a menudo el inusitado poder de relajar nuestras mentes. Nos embriaga con su petrichor, renueva la atmósfera, arranca destellos de colores  a nuestras ciudades y nos invita a menudo a esa introspección serena, casi mágica donde tomar contacto con nosotros mismos a través de las gotas de lluvia...   
        Hay olores que despiertan en nosotros un extraño placer. Nos cautivan y a la vez se hunden en nuestra memoria  despertando en nosotros agradables sensaciones.  Son sin duda rincones privilegiados donde esas fragancias se entremezclan a menudo con gratos recuerdos.                                                                           Entre todas esas fragancias, hay una que quizás supera a las demás: el petrichor. Que se diga de ella que es el olor más embriagador del mundo no es casualidad; el olor de la lluvia empapada en la tierra tiene una función muy concreta: guiarnos hasta donde hay agua: Algo muy esencial para nosotros en el pasado y en la actualidad para gran parte de los animales, quienes recorren grande distancias guiados solo por esa sustancia química, la geosmina.
El petrichor es un término que hace referencia a un proceso delicado y fascinante que se da cuando las gotas de lluvia entran en contacto con superficies sedimentarias o porosas. Al instante, un tipo de actinobacterias generan una sustancia metabólica llamada geosmina, la cual, vuelve a la atmósfera como un aceite aromático de olor singular.
Curiosamente cuanto más seco está el suelo  más perceptible será el petrichor, elevándose como un poderoso aerosol que guiará a los pájaros y a otros animales hasta esa zona húmeda. Mientras que  a nosotros, carentes ya, de esa necesidad de encontrar agua, nos animará a abrir las ventanas para aspirar ese olor, mientras nos dejamos abrazar por los recuerdos, por el velo sutil de la nostalgia  y la caricia de esas emociones.

Alguien dijo en una ocasión que " La infancia es la etapa de la vida que termina cuando por primera vez, miramos un charco como un obstáculo y no como una oportunidad"            
A la mayoría, es verdad, nos encantan los días de sol, esos donde la piel agradece su tibieza y nuestra mente la luminosidad. Desde siempre, la luz se vincula con lo positivo, mientras que las nubes y esa penumbra que suele acompañar a la lluvia  se ve con temor e incomodidad  y también negativismo.
Sin embargo, la lluvia para muchas personas tiene un efecto diferente. Algunas personas suelen disfrutar de esos instantes de recogimiento, les agrada ver como las ciudades se visten de singulares matices, semejantes a un lienzo impresionista .
Ese sonido de la lluvia al caer, esas gotas de agua que discurren por los  cristales abren las puertas a muchos de nuestros recuerdos.  Permite que pasen a nuestras consciencias esos instantes vividos con olor a infancia, con la fragancia casi salvaje de esa tormenta de verano donde corríamos después de una tarde en la feria o una noche en la playa.
La lluvia, por tanto, también es hermosa, también cura, también alivia y nos invita a conciliarnos con la tierra que pisamos.
Así que para conocer esta tierra gallega hay que visitarla también cuando llueve, si no no se la conoce de verdad.
                                                                                                                                                                                                                                                                                         

sábado, 7 de octubre de 2017

Siglos de miedo en una aldea de Rianxo

Abuín guarda una oscura leyenda que se le fue atribuyendo al pasar los siglos.
A mediados del S. XIV por este lugar pasó la famosa peste negra, asolando esta aldea y dando paso a numerosas leyendas. De acuerdo con la creencia popular, es imposible determinar cuando tuvo lugar esta plaga pues las fechas se pierden en la memoria.

Muy pocos saben, incluso buena parte de los "rianxeiros", que el municipio arousano esconde un tesoro. Está en el lugar de Abuín, en la parroquia de Leiro, provincia de La Coruña, desde hace siglos, pero nunca nadie llegó a desenterrarlo, y ninguno de los que conocen el misterioso lugar recomendaría a otra persona que se aventurase a buscar las riquezas ocultas entre las piedras y la maleza. Porque está maldito, o eso dice la leyenda. Su hechizo llevó a toda una aldea a desaparecer.
La historia de la aldea maldita se desarrolla entre lo mítico y lo real con una única certeza : que fue abandonada por sus habitantes después de la muerte de buena parte de ellos.
Para llegar al lugar hay que dejar el coche y adentrarse a pie en el monte, donde la altura de los árboles apenas dejan pasar la luz. Entre hiedras, árboles, silvas y maleza continúan en pies los muros de tres viviendas y restos de otras, e incluso caminos por los que los habitantes de la aldea se dirigían a sus trabajos en el campo.
La leyenda dice que cayó sobre ellos una maldición aunque hay distintas versiones sobre el origen del "meigallo" que acabó con la vida en el lugar. El saqueo del Monasterio de Armenteira , un tesoro oculto por una familia, un cáliz arrojado por un cura que hará recaer una maldición sobre quien recoja o un botín enterrado por los pueblos nórdicos son algunas de las explicaciones que ofrece la sabiduría popular.

Más allá de las distintas versiones que explican la procedencia de la maldición, en lo que si hay coincidencia es en las consecuencias que aquel mal agüero tuvo para los habitantes de la aldea.

Plagas que acabaron con la vida de cuanto encontraron a su paso están detrás de que los cuatro muros que quedan en pie en Abuín sean conocidos en la zona como la aldea maldita
Dicen que unos ladrones que se llevaron las riquezas del Monasterio de Armenteira se las entregaron al cura de Abuín para que las escondiera. A la mañana siguiente el párroco había muerto, y a él le siguieron los vecinos de la aldea, uno tras otro. Esto hizo pensar en una maldición divina.
La aldea fue abandonada hasta la fecha: hoy solo el silencio y la naturaleza habitan en Abuín. Hay quien piensa que el tesoro sigue escondido bajo una de las construcciones que antaño fue capilla y quien dice que el que encuentre el cáliz robado por el cura sufrirá la maldición.
Pero por increíble que pueda parecer hay una explicación racional, alejada de leyendas y maldiciones, que arroja luz sobre lo que ocurrió en la aldea maldita y que incluso pone fecha al abandono.
Según  parece la peste llega, allá por el siglo XIV desde el puerto de O Grove. Aquel fue el episodio más virulento de la enfermedad que causó en Europa 25 millones de muertos. La rapidez con la que se propagó la peste llevó a la gente a creer que se trataba de un castigo divino, por lo que abandonaban la aldea en la que vivían pensando que estaba maldita.



jueves, 28 de septiembre de 2017

ORO

 El oro gallego está escondido.
La primera gran fiebre del oro ocurrió hace 2000 años, cuando los romanos disponían de miles de manos esclavas con las que poder mover montañas, como ocurrió con las Médulas - hoy en el Bierzo pero entonces pertenecían a la provincia de Gallaecia-

Plinio el Viejo ya hablaba en su "Historia Natural" de la riqueza en oro de las Médulas y Cayo Plinio - procurador romano- que administró algunas minas gallegas, aseguró que estas llegaron en diferentes momentos a significar el 10% de los ingresos totales del Imperio. 
Algunos estudiosos han calculado que sólo de las minas de las Médulas fueron extraídos 96000 kilos de oro a lo largo de 250 años. Una cantidad que explicaría la importancia de Galicia en la extracción de oro y sobre todo la necesidad de los romanos de emplear a miles de esclavos para mover esas montañas.

Y a pesar de todo lo que se llevaron los romanos, lo cierto es que veinte siglos después aún hay oro en Galicia.


En el Bierzo, al noroeste de los Montes Aquilanos y junto al valle del Sil se encuentran las Médulas. Un fantástico paisaje ha quedado después de las explotaciones auríferas romanas. declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Su estampa rojiza simula un paisaje sinuoso y de misterio. Nadie diría que los picudos farallones esconden bajo sus entrañas, el oro de los romanos.

Las Médulas, considerada la mayor mina a cielo abierto de la época romana, va más allá de este paisaje de singular belleza, rodeado de castaños centenarios, lagunas, lagos, picos y galerías. Es una de las mayores obras de ingeniería de la Antigüedad. Un paisaje cultural que muestra la acción del hombre sobre la naturaleza, su transformación a la medida de sus necesidades.










jueves, 21 de septiembre de 2017

Toxo: arbusto moi espiñento



Cuenta la leyenda que Dios hizo las flores del Tojo y, para fastidiarle, el diablo creó las espinas. En compensación, Dios permitió que florecieran todo el año. Claro está que las leyendas han sido siempre un intento de explicar un hecho real o fabuloso adornado con elementos fantásticos y que se transmite de forma oral de manera bella y maravillosa.
Sin embargo fuera de la narrativa de la leyenda, la flor del Toxo no es que no sea perecedera, sino que al existir tres tipos diferentes de tojos y florecer en distintas épocas del año, parece que siempre está floreciendo. Se dice que los amantes de antaño prometían quererse mientras el tojo estuviera en flor.


La flor del Toxo se llama Chorima. Cuento esto porque hay una canción gallega que habla del "alecrin dourado",y no deja de llevar a confusión pese a que en ningún momento afirma que la flor del tojo sea el Alecrin. El Alecrin es azul y es la flor del romero.
A pesar de esto Alecrin y Chorima, son los nombres que recibe en Galicia la flor del tojo.

Es el arbusto más característico de los montes gallegos formando grandes extensiones de paisaje amarillo. Una sola planta puede producir 20.000 semillas y estas pueden aguardar hasta 70 años sin germinar esperando el momento idóneo para hacerlo. Ni que decir tiene que es todo un alarde de paciencia.


Una Chorima de toxo hábilmente manejada con la lengua puede emitir un sorprendente sonido que se le compara con el canto de los pájaros. Esta forma musical de emplear las flores es considerado en nuestra  cultura como un juguete de niños o mozos.

"Chorima, nosa chorima tan amarela no monte, tí é a flor dos galegos, dos de onte e dos de hoxe. Flor do toxo, flor do toxo, flor da galeguidade as raíces son a ialma e a Chorima a saudade".

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