martes, 29 de diciembre de 2015

OTRO AÑO MÁS

Hace un año escribía esto en el blog.


"La tierra tarda en hacer un giro completo alrededor del sol, 365 días, 5 horas y 48 minutos. Esto es lo que dura nuestro periplo por el espacio alrededor del dios sol, esa estrella incandescente adorada por multitud de civilizaciones a través de los siglos aportándonos la vida tal y como hoy la concebimos en nuestra realidad.
Sin duda, viajar por el espacio tendría, a la fuerza, que hacernos cambiar nuestra concepción de la vida si fuéramos capaces de levantar la mirada. Una y otra vez emprendemos este viaje que parece no llevarnos a ninguna parte mas que a sumergirnos en esta noria del tiempo. Nos deseamos felicidad, salud, trabajo...al iniciar con esperanza esta nueva travesía.¡Ojalá que así sea!
Sin embargo, no dejo de preguntarme si será que a fuerza de tanto giro en el espacio y tanto repetir itinerario nos hemos mareado y se han embotado nuestros sentidos y también nuestra capacidad de pensar.¿Será que solo nos importa lo que ocurra en nuestro espacio más inmediato? en nuestro microcosmos particular y privado?
Ojalá, ojalá, que seamos capaces de mirar por la ventana de nuestra nave, aunque sólo sea para poder apreciar la grandiosa belleza de lo que existe fuera de nosotros mismos, y volver luego, con el alma llena de estrellas para seguir recordándonos que en esta nave, que tripulan unos pocos, viajamos todos y debe volver dentro de 365 días al mismo punto de embarque pero mejorada, renovada de solidaridad y generosidad con aquellos que viajan en peores condiciones."
Feliz viaje a todos.



Un año más tarde, si hacemos un balance sobre lo que ha hecho el mundo por mejorar la especie, el planeta, la solidaridad entre los pueblos y un largo etc, tengo, tristemente, que admitir un fracaso abrumador.  

Ojalá, que cuando los niños canten, los adultos no hagamos oídos sordos al escucharlos. 

martes, 22 de diciembre de 2015

RECETA DE NAVIDAD


 Es importante recordar, como preparar esta estupenda receta que aquí dejo para todos.
¡Está riquísima.!

PREPARACIÓN:
Limpia los recuerdos y quítales las partes echadas a perder o que no sirvan.
Agrégale una a una las sonrisas, hasta formar una pasta suave y dulce.
Ahora añade las esperanzas y permite que repose, hasta que doble su tamaño.
Lava con agua cada uno de los paquetes de la alegría, pártelos en pequeños pedacitos y mezcla todo con el cariño que encuentres.
Aparte, incorpora la paciencia,  la pizca de locura y la ternura cernida. 
Divide en porciones iguales todo el amor y cúbrelos con la mezcla anterior
Hornéalo toda tu vida en el horno de tu corazón.
Disfrútalo siempre con toda tu familia, con el sabor de lo nuestro.



CONSEJO: Se puede agregar a la mezcla anterior dos cucharadas de comprensión y 300 gramos de comunicación para que esta receta dure para siempre.


Cuando un niño nace, nace la esperanza de un mundo mejor, sin embargo ese niño es un regalo que se construye  pulso a pulso, paso a paso.




FELIZ NAVIDAD





jueves, 17 de diciembre de 2015

Alborada: la música que arrullaba el corazón de los celtas


La "alborada" es el tiempo del alba, esa primera luz del día, antes de que salga el sol, pero para nosotros, es mucho más que ese espacio de tiempo necesario para que el día nazca.

Es música y poesía.
Para Curros Enriquez, la " alborada" es la música que arrullaba el corazón de los celtas" porque la "alborada vieja" dicen que es la música con más de cuatro mil años de tradición.

Es el canto matinal a la luz roja del amanecer - cuando renace el sol- para acompañar la oración celta, al Astro Rey, en la hora primera en la que se postraban ante él.
Aquella "alborada" pasó con el tiempo a ser la música de reuniones de los clanes y de las procesiones sagradas.



Hoy en día, es la música que inicia la fiesta pagana, aunque se celebre con la disculpa del honor de Nuestra Señora, que sale en procesión, también a ritmo de alborada. Sirvió por tanto para la religión y para la guerra; para la superstición y para la fiesta.
Es un rezo que llegaba a lo más profundo del corazón de los dioses.


ORACIÓN CELTA

Que Dios nos dé
Para cada tormenta, un arco iris,
Para cada lágrima, una sonrisa.
Para cada acto de ternura.
una promesa.
Y una bendición en cada momento
difícil.
Que siempre tengamos un amigo fiel
para compartir nuestros problemas,
Y que cada oración siempre sea escuchada y respondida.
Es el himno de guerreros galaicos, la música dulce que sosiega el mar y que se posa sobre las cosechas para protegerlas.

La "alborada" es el saludo que se da al sol, al amanecer, la poesía o la música que se toca para celebrar el nuevo día.. Por eso, antiguamente, la "alborada" era cualquier melodía que el gaitero tocaba a primera hora para anunciar el comienzo de la fiesta.







BENDICIÓN CELTA
Que el sendero enseñe el mejor camino,
Que el viento sople siempre a tu espalda
Que el sol ilumine siempre tu rostro´
Que la lluvia fertilice tu campo
Y hasta que nos encontremos de nuevo,
Que la Diosa te guarde en la
palma de su mano.










lunes, 7 de diciembre de 2015

Adiós al otoño

Adiós al otoño. Se va, como tantos otros que ya se han ido. Es una estación melancólica a pesar de que toda ella estalla y se inunda de color. Es, sin duda, el tiempo que precede al sueño, el adiós a la vida, pero no cabe duda que es una despedida grandiosa. Y, lo es, aquí en Galicia si nos obsequia con días luminosos y claros sin  lluvia, como ha sido este que nos abandona.
En Galicia, otoño, es sinónimo de magostos y sin duda la castaña es la triunfadora de esta época del año.
Es preciosa, tiene una piel digna de las mejores reinas. De color tostado, brillante y suave, fruto de los enormes castiñeiros que pueblan Galicia.
 Ha estado protegida durante todo el verano por su capa espinosa, primero verde de suaves púas y a medida que el calor ha ido desapareciendo se ha tornado de amarillo ocre y al fin ha terminado por desprenderse del castaño para caer al suelo donde finalmente, su erizo, ya de color oscuro, se ha abierto por fin, ofreciéndonos su precioso y rico tesoro.
El souto  es el lugar del castiñeiro, el árbol indispensable de  la aldea de media montaña, que sirvió de alimento en muchos hogares gallegos.

Evocan siempre recuerdos, recuerdos de bolsillos calientes y de cara fría, de aromas a leña y a fruto tostado que las castañeras ofrecían en cualquier esquina de una plaza. Aquellos cucuruchos nos calentaban las manos y nos quemaban la boca porque eramos incapaces de esperar a que se enfriaran. Entre risas, íbamos corriendo la calle con las castañas calentitas y el frío de la noche pegado en el rostro.

Quizá sea este un oficio tan antiguo como nuestra memoria nos permita recordar. Es inevitable asociar la llegada del otoño, con la aparición en las calles y plazas del castañero. Hace años vender castañas asadas en la calle, era oficio de mujeres.
Solían ser mujeres curtidas por el frío helador, que en esos años era propio de los inviernos en gran parte del noroeste de España. Eran personajes entrañables y conocidas en los barrios y plazas. Con el paso de los años este oficio estuvo en decadencia llegando casi incluso a desaparecer en muchas ciudades.
El hombre se alimentó de la castaña desde tiempos que ya ni podemos recordar. El castaño fue llamado por los romanos "el árbol del pan" pues se hacía harina de las castañas secas para alimentarse durante todo el año, formaban parte importante de la alimentación de los pueblos de montaña, hasta la llegada del maíz y la patata. En los cultos celtas, el castaño era venerado por sus druidas, junto al roble, el laurel y el tejo formando parte del bosque sagrado.

Las castañas son la paz
del hogar. Cosas de antaño.
Crepitar de leños viejos,
peregrinos descarriados.

Federico García Lorca

Y así, con esta luz dorada y con el aroma de la leña inundando el hogar otro otoño se va.




miércoles, 2 de diciembre de 2015

Percebeiros



Los temporales comienzan refunfuñando entre las rocas rizando la superficie del agua, no obstante su ira va en aumento levantando olas que impiden, demasiado a menudo, salir a la mar.

Estos hombres, aman su trabajo, aman el riesgo, aman el agua que les llena la boca de mar y sal y, con toda certeza si volvieran a nacer elegirían mil veces la dureza de un oficio que les permite vivir en íntima relación con la salvaje naturaleza y saben, que cuanto peor está la mar, mejor sabe el percebe.


Habría que subirse a una de estas barcas de las que salen a diario desde los muelles para saber, que este trozo de costa es la zona más brava del litoral. Alejarse del pueblo, dejar atrás el faro de punta Candelaria para llegar hasta  A Gabeira.
Allá abajo, San Andrés de Teixido, justo antes de que acabe la costa de Cedeira y empiece la que pertenece a Cariño.

Llegan varias lanchas y allí cada cual se busca un punto de la roca de la que se cuelga y comienza a faenar. Poco a poco va subiendo la marea, el paisaje se va volviendo salvaje por momentos cuando el agua estalla contra las rocas. Mientras, los hombres van arañando las rocas sin dejar de mirar al frente, para estar atento a las olas que están dispuestas a golpearlos sin  piedad.
Hay que apresurarse y estar bien atento para no resbalar por el acantilado. Han decidido acercarse a una roca difícil, de esas que a ellos les gustan, y avanzan entre las piedras como lagartijas.
No les asusta morir en el mar pero sí les asusta quedar lesionados; a tener que depender de alguien, a no poder reptar entre las piedras. En una mano el gancho y la cabeza bien en alto, sin perder de vista la mar.
Al mar no se le puede dar la espalda, hay que mirarlo siempre de frente, porque es muy traicionero.
Utilizan un sonido seco que sale de la garganta para advertirse unos a otros del momento en que hay que dar un paso atrás para que no se les trague el agua que golpea con fuerza.

.
Nada es de nadie, todos se ayudan si llega el momento. Las historias tristes aparecen y vuelve la añoranza.





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